Davos: el regreso de Argentina al mundo

El Foro Económico Mundial (FEM) en Davos dejó una certeza y una incertidumbre para la Argentina que buscó este año dar una señal fuerte de reinserción en el mundo. La certeza fue la confirmación de lo que muchos sabían y reconfirmaron la semana pasada aquí en Suiza. La Argentina es una economía pequeña y con un peso insignificante en el mundo: sus exportaciones equivalen a menos del 1% y la mayor parte de lo que le vende son materias primas. Por el lado de la incertidumbre, si la Argentina busca integrarse más, lo que le espera es un mundo que, en el mejor de los casos, sufrirá algunas correcciones. El Presidente Mauricio Macri reconoció en Suiza los interrogantes que plantea la economía mundial para el país. “Los argentinos deben saber que la Argentina quiere ser parte del siglo XXI, aceptando los desafíos pero con fe de que las oportunidades son muy importantes”. ¿A qué desafíos se refirió el Presidente? Uno de los temas excluyentes del FEM fue el pesimismo que deparan las perspectivas de la economía global. De la desaceleración del crecimiento chino y del peso de la deuda de los países emergentes se habló prácticamente en cuanta charla se armaba por los pasillos del Congress Hall en Suiza. Para colmo, el FMI hizo más severo su pronóstico de recesión para Brasil, con una recesión de más de 3%. China y Brasil son los dos principales socios de la Argentina, con el 30% de las exportaciones. La reinserción en el mundo no estará libre de dificultades en los próximos años. Nouriel Roubini, una de las estrellas del FEM, calificó de “problemática” la economía global esta semana en Suiza. “El crecimiento potencial de los emergentes cayó y para colmo el nivel de actividad actual permanecerá por debajo de ese potencial”, contó. Uno de los motivos que los expertos esgrimen detrás de este pronóstico sombrío es que muchos de los países experimentaron un aumento fenomenal de la deuda pública y privada. Por ejemplo Brasil deberá atender este año compromisos de sus deuda pública por un monto cercano a 8 puntos del PBI. La caída de los precios de los commodities agrava este fenómeno porque los países pasaron de una situación holgada en materia de divisas a recibir menos ingresos por la baja de esos precios. El deterioro de la economía global resultaría una amenaza para la Argentina y sus planes de reinsertarse en el mundo si se concretara la tapa de la última revista Time. Medio Foro de Davos comentaba el artículo principal de la revista ‘La próxima recesión’. Básicamente sostiene que la deuda de las empresas chinas se volvió “insostenible” y que la recesión mundial “que se avecina será made in China”. Las contracciones globales ocurren cada ocho años, cuando el crecimiento del PBI mundial cae por debajo de 2%: 1970 (shock petrolero), 1980 (la Fed sube las tasas), 1990 (Irak invade Kuwait), 2000 (explosión de la burbuja .com) y 2009 (Lehman, la crisis de las hipotecas basuras). “La burbuja de la deuda china está explotando ahora”, contó la editora jefa de Time en una de las sesiones en Davos. Pero no todos trazan un panorama tan sombrío. Por ejemplo el FMI, en la actualización de su informe “Perspectivas Económicas Mundiales” de la semana pasada, confirmó que la economía crecerá en 2016 a un ritmo mayor que el del año pasado. Es cierto que el organismo castigó a Brasil al contabilizar para este año una contracción de su economía mayor que la que había precisado en su último informe. Pero para China aun le asigna un crecimiento superior al 6%. En Davos, Ian Bremmer, jefe de Eurasia Group, aseguró que los miedos sobre la economía china están sobredimensionados. “China continuará devaluando su moneda pero no lo suficiente como para disparar una guerra de monedas. La desaceleración de su actividad económica seguirá siendo manejable por sus autoridades. Es cierto que el gobierno chino y las empresas estatales están muy endeudadas porque Pekín tiene dólares en una cantidad más que suficiente para evitar un aterrizaje brusco”. Según Bremmer, “muchos