El 70% de la gente está a favor de los cacerolazos

El 70% de la gente está a favor de los cacerolazos

Cualquier encuestador con oficio lo sabe: cuando se realiza una medición después de una elección importante, el flamante ganador suele obtener más adhesiones que las que acaba de cosechar en las urnas. Eso es porque mucha gente engaña al encuestador y dice que votó al vencedor, cuando en realidad había optado por otra opción.

El fenómeno tiene una explicación: un sector de la población necesita sentirse parte del proceso en marcha. Cristina Kirchner gozó de ese privilegio después de haber arrasado en las presidenciales de octubre. En noviembre, su intención de voto estaba por encima del 54 por ciento. El problema para la Presidenta es que ahora ocurre lo mismo con el cacerolazo.

Mucha gente que no participó de las protestas les dice a los consultores que salió a la calle para reclamar por la inseguridad, por el cepo al dólar o la alta inflación. Y algo peor para la Casa Rosada: más del 70% aprueba esa forma de reclamo y poco menos del 50% asegura que participará del próximo cacerolazo.

Las cifras pertenecen a la consultora Management & Fit, una empresa que habitualmente mide para distintos gobiernos provinciales. El trabajo se realizó en la Ciudad de Buenos Aires, el centro, NOA, NEA, Cuyo y Sur del país, una semana después del masivo cacerolazo en Plaza de Mayo y otros puntos neurálgicos de los centros urbanos.

Fueron entrevistadas 2259 personas. De ellas, el 15,2% dijo haber participado de las protestas y un 19,4% afirmó que no pudo pero que le hubiera gustado asistir. El 64,7% reconoció que no salió a la calle. Quizá el número más contundente del sondeo sea la respuesta a la pregunta de si “está o no de acuerdo con la forma del reclamo”. Más del 70% afirma que sí. El otro dato fuerte: hay una suerte de empate virtual entre quienes sostienen que irían al próximo cacerolazo y quienes optarían por no hacerlo.

La explicación es de la directora de M&F, Mariel Fornoni: “Esta es la primera encuesta pos cacerolazo y revela que hay más gente que dice que fue a las protestas que la que lo hizo realmente. Es que, a pesar de haber sido una manifestación masiva, la gente se siente escuchada y quiere ser parte del reclamo. Evidentemente, hay una situación de empatía con la situación. Un fenómeno que tiene aceptación y que va en crecimiento. La gente pide soluciones urgentes para la inseguridad, la corrupción, la inflación y también se empieza a expresar por la libertad”.

Fornoni supone que la reacción del Gobierno, en especial las suposiciones de Juan Manuel Abal Medina de que a los caceroleros están más preocupados por lo que ocurre en Miami que por lo que pasa en San Juan y que en otra época hubieran apelado a los golpes militares, incentivó a un sector de la población a manifestarse a favor de las cacerolas.

“La gente quiere un mensaje pacificador y pide por el fin de la confrontación. Se lo exigen tanto al Gobierno como a la oposición. Existe mucha preocupación por el clima social”, indica.

La directora de M&F marca una distancia entre el cacerolazo del 13 de septiembre y los escraches al juez Norberto Oyarbide y al secretario de Comercio Guillermo Moreno. “Una cosa es la protesta y otra el escrache. El grito de que se vayan todos es una situación superada”.


Fuente: http://www.clarin.com

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