Sólo el 25 por ciento de los pacientes a los que se les detecta incidentalmente nódulos tiroideos completa la totalidad de los estudios médicos correspondientes para determinar su malignidad o benignidad. Los nódulos tiroideos incidentales o «incidentalomas» son nódulos de la tiroides que se hallan de manera accidental en el paciente durante la realización de otro tipo de estudio. «El descubrimiento casual de nódulos tiroideos ha incrementado significativamente como consecuencia de la utilización de la ecografía de alta definición para el estudio de la enfermedad carotídea», afirmó Daniel Cragnolino, jefe del servicio de Medicina Nuclear del Hospital Austral. De esta manera, una investigación llevada a cabo por el Hospital Austral reveló que 700 de esos pacientes presentaron nódulos tiroideos incidentales. Pero, el dato más relevante, es que solamente el 25 por ciento de ese número completó sus estudios para saber si esos nódulos detectados eran malignos o benignos. Los datos muestran que no todos toman conciencia sobre la importancia de la prevención, «consultar al especialista y realizarse todos los estudios puede detener el avance del cáncer. En este sentido, cualquier nódulo debe ser estudiado», detalló Pedro Saco, jefe de cirugía del Austral, quien presentó dicho estudio en la Academia Argentina de Cirugía. La investigación -que recibió el premio «Travel Grand» de la sociedad latino-Americana de tiroides durante el Congreso internacional de tiroides, en París 2010-, dejó ver que, de los 123 pacientes punzados el 20% tenía cáncer de tiroides. «De ahí la importancia de acudir al endocrinólogo ante la presencia de un incidentaloma tiroideo», refiere la Dra. María Agustina Urrutia, endocrinóloga del HUA, quien remarca que una de las formas de prevenir es revisar los antecedentes familiares de esta enfermedad. De acuerdo con Uturria, el cáncer de tiroides es el tipo de tumor más frecuente dentro de los tumores endocrinológicos. «Ante la detección de un nódulo maligno, el mejor tratamiento detectado al día de hoy es la cirugía», especificó Saco. Al ser consultado sobre la prevención, Cragnolino hizo hincapié en la protección de los pacientes durante los estudios radiológicos. «En una panorámica dental, el paciente debe exigir que le coloquen la protección de plomo sobre la glándula tiroidea, ya que existen rayos de incidencia que rebotan y la tiroides es especialmente radiosensible», ejemplifica. Asimismo, es fundamental que las embarazadas se coloquen el delantal de plomo en caso que deban realizarse una radiografía de tórax. También hay que controlarse en caso de haberse sometido a tratamientos previos con radioterapia, como en el caso de los pacientes tratados por linfomas. En relación a los progresos de diagnóstico, Saco anticipó: «Estamos avanzando en el diagnóstico molecular, disponible en los Estados Unidos, pero aún no en la Argentina. Cuando se implemente esta modalidad, el material punzado se analizará molecularmente lo que permitirá certificar con mayor seguridad la malignidad de los tumores».
Sólo el 25% de las personas que se les detecta nódulos tiroideos completa los estudios para determinar su malignidad o benignidad
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