En comunicación telefónica con Télam desde La Habana, Milanés sostiene que “el mundo está en crisis y eso lleva a que las grandes compañías apoyen a músicos que hacen una obra que no tiene ninguna propuesta espiritual, poética ni filosófica”. A contramano de esa tendencia, el cantautor apunta que “Renacimiento” (que recién será editado en la Argentina al filo del concierto del 26 de septiembre en el Gran Rex, el primero de carácter internacional), “apuesta a hacer convivir géneros diversos en una sola música de calidad”. “El disco -detalla- recoge 10 canciones inéditas con un sello barroco y renacentista que uno con la música tradicional cubana expresada por la guajira, el guaguancó, la conga, el danzón o el changüí guantanamero, además, por supuesto, del son”. Milanés comenta que el trabajo desplegado con el que interrumpe tres años de silencio discográfico tras su reunión con Chucho Valdés en Madrid, busca reconocer sus propios orígenes musicales ya que reúne “ritmos cubanos un poco olvidados con lo barroco que está muy presente en mis canciones ya que en los 60 tuve muchas influencias del neo barroco de los franceses”. Dueño de una trayectoria que avala esos cruces al calor de una obra propia, el trovador asegura que “`Renacimiento` en Cuba ha gustado mucho porque hay un público ya conquistado por mí”. Nacido 70 años atrás en Bayamo, Pablo fue fundador del Movimiento Nueva Trova junto a Silvio Rodríguez y al fallecido Noel Nicola y, como parte de aquel colectivo, exhibió al mundo un cancionero donde destacan bellísimas piezas entre las que se cuentan «Yo pisaré las calles nuevamente», «Yolanda», «Años», “El breve espacio en que no está” y «Yo no te pido», por citar solamente algunas. “El de la Nueva Trova es un movimiento que llegó para quedarse porque, además y al igual que el mambo, la guaracha, la rumba y otros ritmos, responde a una tradición de siglos en Cuba”, resalta. En el mismo sentido, el músico comenta que “la historia musical cubana es una fuente permanente por la convergencia cultural que la nutre y la define”. Y para clausurar la reflexión, el hacedor de álbumes como la larga saga de “Filin” y otros en los que ha musicalizado a Nicolás Guillén y a José Martí, “ese encuentro de géneros e influencias no es una casualidad y también quedó reflejada en aquella nueva canción”. «El mundo está en crisis y eso lleva a que las grandes compañías apoyen música que no tiene ninguna propuesta espiritual, poética ni filosófica».twitter Lejos de los años de gloria de la Nueva Trova cuando aquel repertorio fue un modo de hacer conocer el ideario de la Revolución socialista que triunfó en enero de 1959, asegura que “no siento ninguna nostalgia de aquello porque considero que el movimiento se ha ido rejuveneciendo con el tiempo y ha sabido adaptarse a la historia”. Desde otro guiño al presente y al futuro, rechaza dulce pero enfáticamente ungirse como referente de la canción cubana y “no lo hago porque tenga prejuicios con esa palabra”. “No soy un referente -puntualiza- sino que hay una intercomunicación entre nosotros y, además, el intercambio cultural se produce de esta manera, con esta correspondencia”. Para sumarle elementos a esa descripción del lazo que lo une con nuevos y viejos músicos de su tierra, agrega que “siempre comparto sintiéndome uno más y a todos y a cada uno las compañeras y los compañeros les pido `no me digas maestro, dime Pablo`”. La llegada del autor, guitarrista y cantante a Buenos Aires supondrá un mejoramiento de un cuadro de salud que a las 22 operaciones en sus piernas, en marzo del año pasado sumó una hernia umbilical que lo obligó a y suspender una gira que recién empezaba por España. Para entregarle un mensaje optimista a su larga legión de seguidores de buena parte del planeta, Milanés informa que “estoy delicado pero cuidándome y eso me permite trabajar con tranquilidad”.
Pablo Milanés en Argentina con «Renacimiento»
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