Tener una cuenta en Twitter se volvió una obligación para los políticos, como dar entrevistas en programas de espectáculos o besar bebes durante la campaña. La lista de seguidores lograda en la red social se considera hoy un verdadero indicador de influencia en Internet. Ya sea tuiteando proyectos partidarios, o bien detalles de sus vidas íntimas, el objetivo es incrementar su cantidad de «followers». Sin embargo, el número logrado puede ser engañoso.
Al igual que con su gobierno, la presidenta Cristina Kirchner, por ejemplo, intenta practicar con su Twitter una fuerte política de inclusión. De hecho, su cuenta contiene miles de perfiles de personas que ni siquiera existen. Perfiles falsos, según el programa TwitterAudit, dedicado a calcular el verdadero «peso» de las cuentas de la red social.
Con sus 2.207.255 seguidores, la primera mandataria es la presidenta más seguida de América latina. Pero de acuerdo a la auditoría virtual, sólo el 52% de sus seguidores son verdaderos. El dato es respaldado también por Fakers, otra empresa que realiza auditorías de este tipo para Twitter. Según esta empresa, el porcentaje de perfiles «falsos» que siguen a la Presidenta es de 43%.
De la tendencia no se salva nadie. Mauricio Macri es el segundo político más seguido del país, con 565.853 «followers», pero posee un 36% de «truchos», es decir, sólo 362.146 son verdaderos. El tercero en el podio, Aníbal Fernández, tiene un 53%. El precandidato a diputado e intendente de Tigre, Sergio Massa, tiene un 34% de seguidores falsos, y el también precandidato a diputado Francisco De Narváez llega un 33%.
«Para evaluar las cuentas consideramos diversos aspectos, como número de tuits, fecha del último tuit, cantidad de seguidores amigos. y con un algoritmo que contempla estas variables vemos qué cantidad de seguidores son verdaderos o falsos», cuenta David Caplan, creador de TwitterAudit.
Un rápido repaso por las listas de seguidores de estos políticos dará cuenta de varios perfiles sin ningún tuit emitido, sin seguidores, y con un puñado de cuentas seguidas pertenecientes a un mismo partido político. «Los perfiles que calificamos como falsos son perfiles inactivos, en donde jamás se modificaron los datos de perfil, por ejemplo», agrega Caplan.
Pero que sean «falsos» no significa necesariamente que hayan sido comprados, si bien varios sitios de Internet ofrecen el servicio. «En ocasiones, muchas de estas cuentas no tienen conocimiento de que ciertos perfiles falsos los siguen», explica el empresario y programador.
De todas formas, lo que sí se consigue con estas auditorías virtuales es una idea del «peso real» de cada cuenta. «Hay una clara competencia para ver quién tiene más seguidores en Twitter. En muchos casos, la relevancia real de una cuenta es la mitad de lo que indica su número de «followers». Para develar ese tipo de trampas está TwitterAudit», concluye Caplan.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1607209-cristina-kirchner-en-twitter-el-48-de-sus-seguidores-son-falsos