Mientras sigue subiendo en Argentina, el dólar cae fuerte en los países de la Región

El valor del dólar para acceso al público viene batiendo récords en la Argentina mientras en países de la Región como Uruguay, Brasil y Chile, cae por la apreciación de las monedas locales ante un contexto internacional favorable. Según datos de la CEPAL, del ministerio de Economía y del mercado cambiario, entre finales del 2003 y enero del 2014 en la Argentina el dólar paso de 2,9 a 6,8 pesos en el mercado oficial, lo que significó un crecimiento de 130 por ciento. El precio del billete estadounidense en el mercado paralelo, en tanto alcanzó casi los 12 pesos, con una expansión del 300 por ciento, precisó el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), en un comunicado. Pero en los países vecinos, en cambio, en el mismo período se observa que el dólar en Chile pasó de 593 a 538 pesos por dólar, o sea bajó un 9 por ciento. En Brasil, en tanto, la divisa pasó de 2,91 a 2,42 reales por dólar, o sea bajó un 17 por ciento; y en Uruguay pasó de 28,2 a 21,4 pesos por dólar, o sea bajó un 24 por ciento. «El fenómeno es consistente con el contexto internacional excepcionalmente favorable. Altos precios de los commodities más tasas de interés internacionales históricamente bajas provocan un masivo ingreso de dólares a la región que tiende a apreciar las monedas locales», indicó IDESA. Por lo tanto, la fuerte aceleración devaluatoria que sufre la Argentina, que también disfruta condiciones externas muy beneficiosas, sólo se explica por políticas internas diferentes a las que aplican los países vecinos. «El rasgo que distingue a la Argentina es la paupérrima calidad con la que se gestiona el gasto público. La presión tributaria alcanzó un nivel récord, llegando casi a 40% del Producto Bruto Interno (PBI) computando todas las imposiciones nacionales, provinciales y municipales», dijo IDESA. A pesar de ese panorama, el gasto público está muy próximo a alcanzar el 45 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI), por lo que el el desequilibrio del sector público consolidado ronda el 5 por ciento del PBI. «Este desbalance se financia fundamentalmente con emisión monetaria generando una alta tasa de inflación que induce a la población a comprar dólares como refugio de valor», explicó IDESA en un informe. Y aclaró que el problema se potencia porque la mayor parte del crecimiento del gasto público es «despilfarro», dando cuenta que «testimonios extremadamente ilustrativos son los cortes de electricidad, creciente niveles de inseguridad, retrocesos en la calidad educativa y empresas públicas inviables».