Té: variedades y beneficios de consumirlo

El té es una planta originaria de China y otras partes de Asia. Cuenta la leyenda que sus hojas secas cayeron en el agua caliente del emperador Shen Nung a quien le gustó mucho su sabor. Hay que significar que muchos pueblos del continente asiático consumen agua caliente con sus comidas y de ahí el origen de la historia. Hoy en día, sigue siendo una bebida muy popular y para muchos, sumamente efectiva. 

¿Cuáles son los tipos de té que existen?

Se debe diferenciar el té, del llamado té de manzanilla con anis. El primero es el té propiamente dicho, proveniente de la planta con nombre científico Camellia sinensis y es propia de Asia. Mientras que el segundo corresponde a la especie Chamaemelum nobile y es originario de Europa, sobre todo de las regiones de Francia y la zona de los Balcanes.

Ahora bien, todos los té (negro o rojo, verde, blanco y azul, también llamado Oolong) son la misma planta. Difieren en color y sabor por su oxidación y el tratamiento que se les da a sus hojas al cosecharse y secarse. Estas son sus características y propiedades:

Té negro o rojo

Es, junto con el té verde, el tipo de té más conocido y consumido en el mundo entero. Su método de producción incluye el marchitamiento y oxidación, el rizado y el almacenamiento de sus hojas.

Cuando el maestro del té de la fábrica determina que las hojas han alcanzado el tono marrón oscuro deseado y se detiene la oxidación, se procede a ser empacado. Las hojas del té negro se dejan secar al aire libre y por eso se oxidan más y le confieren su color oscuro.

Este tipo de té tiene entre 2% y 4% de cafeína por lo que es una bebida energizante. También es antioxidante y posee propiedades calmantes para afecciones estomacales como diarreas o acidez.

Té verde

Es la forma de té más conocida en el mundo, junto con el té negro. Los mayores productores son China y Japón.

Este tipo de té se realiza en tres etapas: marchitamiento, fijación y secado. Pero difiere del té negro en que las hojas se marchitan antes de alcanzar la madurez y sin exposición al aire para evitar la oxidación, lo que le permite conservar su distintivo tinte verde.

A diferencia del té negro que produce estreñimiento, el té verde es un delicado laxante. Tiene propiedades antioxidantes. Es decir, previene el envejecimiento celular, además de ayudar con la digestión, fortalecer el sistema inmunológico y normalizar los niveles de colesterol.

Té blanco

Este té se elabora con los brotes tiernos de Camellia sinensis. Su nombre proviene del hecho de que las pequeñas hojitas, apenas nacientes, están cubiertos por una fina capa de pelos de color blanco plateado.

Es la variedad de té menos procesada, ya que los brotes sólo se marchitan y secan brevemente y sin proceso de oxidación.

Es antioxidante, ayuda a producir serotonina y dopamina, mejora la presión arterial, previene algunos tipos de cáncer como el de estómago e intestino, fortalece el sistema inmune y aminora el peligro de osteoporosis.

Té azul o té Oolong

Los orígenes del té azul, a menudo conocido como té Oolong (por la ciudad china) o el champán de los tés, se remontan a la antigua China. Su procedimiento de fabricación usa la semifermentación y puede describirse como un té a medio camino entre el rojo o negro y el té verde.

Es perfecto para tomar luego de una comida porque tiene un bajo contenido de teína. Además, es un té que se puede infusionar múltiples veces para disfrutar de sus matices y fuerza en su sabor en cualquier momento. Destaca por sus diversos olores y aromas, sobre todo, por un delicado sabor natural a nuez.

Ayuda a bajar de peso porque acelera el metabolismo, contribuye a evitar problemas cardiovasculares, reduce el colesterol malo o LDL, fortalece el sistema inmune, es antioxidante, estimula al sistema nervioso y previene el cáncer de mama.