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martes, marzo 19, 2024
Una empleada del Congreso denunció a un senador por abuso sexual
Se trata de Juan Carlos Marino

Una empleada del Congreso denunció a un senador por abuso sexual

Se trata de Juan Carlos Marino, senador nacional de la UCR por La Pampa. La mujer dijo que el legislador la hostigó por WhatsApp y la manoseó en su despacho.

Una empleada del Congreso que se desempeñaba como asesora denunció en las últimas horas a Juan Carlos Marino, senador nacional de la UCR por La Pampa, por presunto abuso sexual. La causa será investigada por el fiscal federal Federico Delgado y el juez federal Ariel Lijo. Fuentes judiciales informaron que la denunciante es Claudia Mabel Guebel, tiene 51 años y trabaja en planta permanente del Congreso desde 2001, aunque hace poco que está en la Cámara alta, ya que viene de Diputados. La denuncia la radicó el miércoles en la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Federal número 4 de Carlos Stornelli, aunque por sorteo recayó en la número 6, a cargo de Delgado, quien abrirá una investigación y cuyo Juzgado actuante será el Juzgado Criminal y Correccional Federal número 4 de Ariel Lijo. La mujer explicó que trabajó con Marino «hasta hace tres meses» luego de un año de haberlo hecho y que «los días 14 de cada mes» se «presentaba en el despacho del senador para conseguir la firma del certificado de asistencia», ya que trabajaba mayoritariamente desde afuera del Congreso. Ella contó que ingresó a la Cámara de Diputados como empleada en 2001, pero a partir de 2004 y hasta 2016 se desempeñó como secretaria de la Convención Nacional de la UCR. Acá parte de la denuncia por abuso hacia el senador radical Juan Carlos Marino y su jefe de despacho. “Me tocó los pechos”. “Me introdujo su lengua dentro de mi boca”. La mujer se presentó el 12/12 en la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N4. pic.twitter.com/SYdsBmJPFf — Nacho Girón (@nachogiron) 14 de diciembre de 2018 A continuación, volvió a trabajar en Diputados, en la comisión de Juicio Político, hasta que hace aproximadamente un año empezó a desempeñarse como asesora de Marino. «Empecé a recibir mensajes de WhatsApp a mi teléfono celular desde su teléfono celular (por Marino) en los que me decía ´Dónde estás?´, ´Dónde vivís?´, ´Voy a estar por allá, me doy una vuelta´ ´Preparate que voy a tu casa´. Me enviaba videos alusivos al sexo», declaró la mujer. «Quiero aclarar que yo no tenía vínculo alguno con él, ni de confianza ni de amistad. Este tipo de mensajes me los enviaba constantemente, varias veces por semana», sostuvo la mujer en su denuncia. Asimismo, señaló que «trataba de contestarle con respuestas evasivas que no comprometieran» su «trabajo y que tampoco le den a pensar que estaba interesada en lo que» le «proponía». «Los día 14 de cada mes me presentaba personalmente en el despacho del senador para conseguir la firma del certificado de asistencia. La primera vez que me presenté en el despacho de Marino, me hizo pasar a su oficina donde se encontraban varias asistentes que al notar mi presencia automáticamente salieron del despacho. Una vez que nos encontramos solos directamente me toco los pechos y me preguntó cuándo íbamos a tomar un café», remarcó. Enseguida agregó que Marino le «dijo que aguardara su llamado que en cualquier momento» se veían. «Al mes siguiente, concurrí al despacho del senador, me atendió en esta oportunidad Pedro Fiorda, quien me hizo pasar a su oficina. En esta ocasión me dio conversación, me invitó a sentarme, me comentó que Marino tenia aspiraciones de ser gobernador de la Provincia de La Pampa y que tenía intenciones de hacer una operación política acusando de pedofilia al por entonces pre candidato a gobernador de La Pampa por Cambiemos», indicó. Sin embargo, la mujer detalló los motivos de por qué denunció a Fiorda: «Me tomó de los dos brazos con fuerza, y me introdujo su lengua dentro de mi boca con violencia, yo intenté separarlo pero no lo logré. Luego me dijo ´Te voy a llamar a ver cómo seguimos´. Los días siguientes a este episodio me llamó insistentemente a mi teléfono celular desde el suyo para que nos veamos. Yo nunca atendí. Sentí asco y mucho miedo por lo que había sucedido». «Al día siguiente, caí en cama con un fuerte cuadro de estrés, fiebre alta, ganglios inflamados y dolor en todo el cuerpo. Todo ello se puede

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