La nueva clave para diagnosticar y tratar el autismo

«Los chicos con Trastornos del Espectro Autista (TEA), al tener una modalidad cognitiva sobre todo visual, a través de las pantallas pueden alcanzar metas y llegar a lugares que tal vez en la vida real no podrían», explicó a Télam Miguel Ángel García Coto, director de GrupoCidep -entidad que estudia los trastornos de salud mental infantil- tras las jornadas realizadas en la Universidad de Palermo (UP). El especialista y profesor titular de Psicopatología infantil de la UP precisó que «el hiperfoco que tal vez tienen con algún objeto en la vida real y que es constantemente repetitivo, en las pantallas se abre a múltiples resultados diferentes y por lo tanto a conocimientos nuevos». «Los videojuegos, por ejemplo, brindan un entrenamiento en velocidad de respuesta, planificación, resolución de situaciones y memoria de trabajo. Pueden ser un puente para que ellos hagan cosas en la vida real que antes no se animaban», expresó. Durante el encuentro, en el que expertos de organizaciones involucradas en el tratamiento de los TEA presentaron avances en proyectos que incorporan las tecnologías a los tratamientos, se mostraron algunas de las aplicaciones disponibles y otras que están en fases de desarrollo. «Una de ellas es ‘Mi Pictocuentos’, una aplicación disponible en Google Play que permite crear, editar y compartir cuentos, lo que ayuda a los niños con TEA a comprender mejor su entorno y despierta su interés, brindando una herramienta a padres y profesionales para crear historias y compartirlas», apuntó García Coto. Y agregó: «Con sensores, existe la posibilidad de activar respuestas motoras y movimientos que a lo mejor en situaciones comunes no se generan. Además, las tecnologías basadas en el sistema ‘Lego Based Therapy’ permiten hacer un trabajo constructivo, asignar roles, tener metas comunes e interactuar con otros, lo que es maravilloso». «Y eso es mucho más probable, mucho más real, atractivo y eficaz que el trabajar solamente habilidades sociales a través de situaciones tipo que no son de su interés. A lo mejor lo social les resulta demasiado complejo o no les gusta, y aquí se les facilita la interacción a través de intereses y metas comunes», enfatizó. El especialista destacó la importancia de la labor de padres en la supervisión de los chicos a través del establecimiento de horarios y momentos para jugar, y en el caso de las redes sociales, en el chequeo de los contactos. «Tal vez se trate de empezar a entender que el pensamiento, los conceptos y lo que uno sabe no están limitados a lo que se puede decir o describir con la palabra. El desarrollo cognitivo, afectivo y social pueden producirse aún sin el lenguaje y este tipo de dispositivos facilitan que esos recursos se desplieguen», señaló García Coto. Para el experto el desafío es explorar cómo hacen, cómo piensan, cómo se puede contribuir al desarrollo de los chicos con TEA. «Se trata de poder entender que no siempre lo diferente es patología, sino que lo diferente puede estar en otros modos de construir y comprender el mundo. Y eso sin ninguna duda abre los caminos del desarrollo personal», reflexionó. Y subrayó: «Es necesario comprender estos modelos y entender primero que la aparición de estas tecnologías ha reformulado totalmente la modalidad cognitiva de todos, ha reformulado problemas y ha puesto en evidencia otros a resolver, que deben encararse también con conceptos nuevos que surjan de este campo». «Si nos manejamos con paradigmas previos a las tecnologías de la información y la comunicación o ‘pre-TIC’, no podremos formular adecuadamente los problemas ni tampoco resolverlos. Sería algo así como tratar de que un auto eléctrico anduviera más rápido poniéndole nafta», concluyó.