López, medidas económicas e inflación, en el centro de la escena venezolana

El Banco Central de Venezuela (BCV) anunció que la inflación acumulada en todo el año pasado fue del 180,9 por ciento, y que el Producto Interno Bruto (PIB) experimentó una contracción del 5,7 por ciento, cifras que explican de sobra la intención del gobierno de mejorar algunos índices. Según el BCV, los precios aumentaron un 34,6 por ciento en el cuarto trimestre de 2015, un crecimiento ligeramente inferior al 38,9 por ciento registrado en el trimestre anterior. Un comunicado elaborado por el BCV y el Instituto Nacional de Estadística (INE) señala que los rubros que presentaron las variaciones más altas fueron restaurantes y hoteles (46,6 por ciento), alimentos y bebidas no alcohólicas (42,2 por ciento) y transporte (37 por ciento). El texto afirma que los resultados «se producen en un contexto en el cual se mantiene una reducción de la oferta de bienes de consumo final, debido a la baja en las importaciones y a la merma en la producción nacional, circunstancias a su vez influenciadas por la caída de los precios internacionales del petróleo». El BCV admitió que la situación de desabastecimiento de productos es percibida por la población como uno de los principales problemas de que aquejan al país. Anoche, en un discurso de cuatro horas, Maduro anunció un conjunto de medidas económicas con el objetivo de frenar la crisis, que incluyeron una devaluación del bolívar al pasar el valor del dólar preferencial o protegido de 6,3 a 10 bolívares, una «simplificación» del sistema de control cambiario, que pasa de tres «a dos bandas», y aumentos de hasta el 5.186 por ciento en naftas especiales, junto con un incremento del 20 por ciento en el salario mínimo a partir de marzo. En apoyo de esas medidas salió el vicepresidente de Desarrollo Social y Revolución de las Misiones, Jorge Arreaza, quien destacó que el nuevo plan “blinda el estado social de las misiones y las hacen sustentable más allá del ingreso petrolero”. «Ingresos generados por venta de gasolina irán al Fondo Social de Misiones y Grandes Misiones: salud, educación, vivienda, alimentación», escribió Arreaza en la cuenta social Twitter. La cuestión económica pulseó en atención con una cuestión de arista más política: a la aprobación el miércoles en primer debate de la amnistía para opositores encarcelados por parte de la Asamblea Nacional (AN), le siguió este jueves una sesión especial del legislativo en la que abundaron las críticas al Ejecutivo y los reclamos para que queden libres dirigentes que la Mesa de Unidad Democrática (MUD) considera presos políticos. El condenado emblemático, Leopoldo López, quien este jueves cumplió dos años en prisión, se mostró convencido de que saldrá en libertad, afirmó que «a la dictadura (en referencia al gobierno constitucional de Nicolás Maduro) le quedan horas» y subrayó que Venezuela “ha de superar esta situación, este desastre al que este jueves la tienen sometida». «Voy a salir en libertad para seguir luchando por las mismas causas por las que siempre he luchado: el bienestar y prosperidad de nuestro pueblo, la defensa de la democracia y la libertad de los venezolanos», añadió. El líder del partido Voluntad Popular, condenado a casi 14 años de prisión por haber instigado las protestas de 2014 contra el gobierno de Maduro que causaron 43 muertos y varios centenares de heridos. La mayor resonancia, sin embargo, la tuvo el acto en la Asamblea, donde la MUD es mayoría a partir de su triunfo en las elecciones legislativas del 6 de diciembre. Los ex presidentes de Costa Rica Oscar Arias y de Polonia Lech Walesa, ganadores ambos del premio Nobel de la Paz, criticaron en esa sesión especial el encarcelamiento de dirigentes políticos, que consideraron propio de gobiernos autoritarios y no de democracias. Arias y Walesa llegaron el miércoles a Caracas junto a Nontombi Naomi Tutu, hija del obispo sudafricano y también Nobel de la Paz Desmond Tutu, para prestar su apoyo a los opositores venezolanos encarcelados. «Venezuela atraviesa actualmente una